“No ararás con buey y asno juntos”
Deuteronomio 22:10 (NBLA)
A Dios le importa lo que hacemos. Todas nuestras actividades diarias deben ser hechas en santidad. No debemos reservar nuestra religión para los fines de semana como si el resto de los días no le pertenecieran a Dios también.
“No ararás con buey y asno juntos”. No mezclarás lo puro con lo impuro, ni llamarás bueno a lo que Dios llama malo. El buey era un animal puro y el asno uno impuro. Más allá de sus diferencias de fuerza y velocidad, no debían ir juntos.
Dios desea un pueblo con discernimiento entre lo bueno y lo malo, entre lo que agrada y desagrada a Él. Un pueblo que no compromete su santidad por conveniencias personales, por ganar algo más de dinero o sacar provecho de distintas situaciones.
Debemos ser santos porque nuestro Dios es santo. Por lo tanto, debemos tomar una firme resolución de no arar con el buey y el asno juntos. Quizá sea más difícil arar con un solo buey, pero es mejor lo difícil que agrada a Dios que lo fácil que le ofende, ¿no es así?
Es mejor lo difícil que agrada a Dios que lo fácil que le ofende.
Cuando salgamos a nuestras actividades diarias, ya sea en una oficina, fábrica o en el propio hogar, cambiando pañales, conduciendo un camión o desarrollando una aplicación móvil, tomemos la decisión de hacer todo para la gloria de Dios. Como dijo el apóstol Pablo: “Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).
Moisés le ordenó al pueblo de parte de Dios: “No ararás con buey y asno juntos”. Esto era un recordatorio para Israel de que la santidad no está solo en los aspectos más espirituales, como un sacrificio en el templo o adorar en el día de reposo, sino también en las actividades más ordinarias y cotidianas, como arar el campo.
¿Piensas que a Dios le importa cómo realizas tus actividades más ordinarias y cotidianas? ¿Crees que puedes glorificar a Dios al decidir hacerlas de una manera que le honre? Si es así, decide que en todo lo que hagas hoy buscarás Su gloria. Resuelve que: “No ararás con buey y asno juntos”.
Señor, muchas veces no pensamos en las pequeñas cosas de la vida como aspectos que pueden mostrar la santidad que Tú nos pides. Hoy quiero vivir para tu gloria en lo cotidiano y ordinario. Quiero discernir lo que te agrada y lo que no, y decidir por el buen camino. Ayúdame con la guía de Tu Espíritu y Tu Palabra. En el nombre de Jesús te lo pido, Amén.
Amén.