Jamás volverán por ese camino

“Jamás volverán ustedes por ese camino” (Dt. 17:16).

El rey de Israel tenía prohibido el camino a Egipto. Era una tentación mirar para Egipto, los caballos que podía comprar ahí eran fuertes, pero su confianza no debía estar en los recursos humanos sino en el poder de Dios, que lo libró grandemente de la esclavitud de faraón para que sean Su pueblo.

¿Y tú? ¿qué extrañas de Egipto? ¿estás tentado a volver a confiar en las falsas seguridades del pasado o las comodidades de tu vieja vida? Todo eso era un engaño del pecado, vivías esclavo. Cuando esos pensamientos lleguen, o quizás ya están en tu mente, Dios te recuerda: jamás volverás por ese camino. 

Dios quiere que confiemos en Él para suplir todo lo que necesitamos. 

¿Necesitas seguridad? Él es nuestro refugio y fortaleza. ¿Necesitas provisión? Él es nuestro pastor, nada nos faltará. ¿Necesitas gozo y alegría? Él nos ha perdonado y adoptado en su familia.

Recuerda que el trono de la gracia sigue abierto, ven con confianza. No mires atrás al lugar de esclavitud, porque Dios ha dicho: jamás volverás por ese camino.

¿Qué te puede ofrecer Egipto que Dios no pueda suplirte? Antes todo giraba en los deseos de tu propio pecado, hoy en Cristo tenemos todo lo que en verdad necesitamos a su debito tiempo. Por eso, no vuelvas atrás: jamás volverás por ese camino.

Ciertamente habrá momentos en que dudes, que pienses que antes estabas mejor siendo esclavo. Pero no sucumbas al engaño de tu corazón. No puede haber algo verdaderamente bueno si Dios tuvo que rescatarte de ahí para que no seas condenado.

Si Dios nos ha dado a Su único Hijo, ¿no nos dará juntamente con él todas las cosas? No mires más atrás, mira adelante y arriba, donde está Cristo a la diestra de Dios. Es ahí nuestro destino y es desde ahí que se suplen todas nuestras necesidades. ¿Qué necesitas hoy? Pídelo al que está sentado en el trono y recuerda su mandato: jamás volverás por ese camino.

Señor, aunque somos tentados muchas veces a mirar hacia atrás, es porque olvidamos tu cuidado y tu fidelidad hacia adelante. Ayúdame a confiar en Ti, sabiendo que en Cristo tengo todo lo que necesito. Amén.

Si te ha gustado, comparte con otros:
Enrique Oriolo
Enrique Oriolo

Un gran pecador con un gran Salvador. Esposo de Tamara, papá de Luz, Paz y Sarah. Misionero y Pastor de la Iglesia Bíblica de Avellaneda.

5 Comentarios
Oldest
Newest
Inline Feedbacks
View all comments

Muy bueno! 👍

De muchísima bendición. Gracias por compartir pastor Enrique.

Precioso artículo, corto, sencillo, pero profundo. Gracias!