“Pero Moisés dijo a Dios: «¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los israelitas de Egipto?» «Ciertamente Yo estaré contigo», le respondió el SEÑOR, «y la señal para ti de que soy Yo el que te ha enviado será esta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, ustedes adorarán a Dios en este monte».” (Éxodo 3:11–12, NBLA)
¿Alguna vez te has sentido insuficiente para el llamado que Dios te ha dado?
Ante el llamado de Dios, que era abrumador, imposible humanamente, donde Moisés no confiaba en que él podría lograrlo, dijo: ¿Quién soy yo para hacerlo?
Error de pregunta. No se trata de quién soy yo, sino de quién es el que me envía.
El enfoque de Moisés estaba en sus propias limitaciones, pero Dios lo corrigió, mostrando que la clave no era quién era Moisés, sino quién es Dios. Y lo mismo es cierto para nosotros hoy: no es sobre nuestras capacidades, sino sobre la presencia de Dios con nosotros.
“¡Yo estaré contigo!” dijo Dios. ¿Y cuál es la señal de que eso es verdad? Lo que te dije se cumplirá.
La confianza que debemos tener al llevar a cabo el ministerio que recibimos del Señor, especialmente en momentos duros, cuando hay que confrontar a personas endurecidas por su pecado, cuando hay que aplicar la disciplina de la iglesia o enfrentar situaciones difíciles en la familia, luchas o pruebas de salud.
En esos momentos, cuando la carga parece insoportable, podemos preguntarnos lo mismo que Moisés: ¿Quién soy yo para esta tarea? ¿Quién soy yo para todo esto si tengo temores y ansiedades? ¿Quién soy yo si lucho con el pecado en mi corazón y no soy el cristiano que me gustaría ser, menos aún el pastor que quisiera ser? ¿Quién soy yo para esta tarea?
Sin embargo, la respuesta sigue siendo la misma: no importa quiénes somos, sino que Dios está con nosotros. Dios no le preguntó a Moisés si él tenía todo lo necesario para semejante tarea. Dios le dijo: “Yo estaré contigo”. Es Dios con Moisés quien llena todas las necesidades de Moisés. ¿Qué más necesita si el todopoderoso y soberano Dios está con él? ¿Qué más necesita, sino confiar en el Dios que está presente?
Nosotros podemos mirarnos a nosotros mismos ante la tarea de pastorear la iglesia y deprimirnos al vernos tan necesitados. Pero debemos recordar que Aquel que nos llamó está con nosotros: “¡Yo estaré contigo!”.
Si la presencia de Dios con Moisés fue suficiente para enfrentar al Faraón, ¡cuánto más la presencia de Cristo en nosotros, por medio del Espíritu Santo, es suficiente para guiarnos en nuestro ministerio hoy!
Como ministros del nuevo pacto, tenemos algo mayor que lo que tuvo Moisés. Tenemos la máxima expresión de la promesa: «Yo estaré contigo».
Dios se hizo hombre. Emmanuel llegó al mundo. Dios con nosotros. Y dio su vida en la cruz, no solo para librarnos de la condenación, sino para hacer Su morada en nosotros. No solo la presencia de Dios está con nosotros, sino en nosotros.
“¿Para estas cosas, quién es suficiente?”, dijo Pablo. Esa es la pregunta: “¿Quién soy yo?”
Nuestra suficiencia viene de Dios, quien nos dice: Yo estaré contigo.
Nuestra suficiencia no viene de nuestra propia fuerza, de nuestra propia capacidad y astucia, sino de Aquel que está con nosotros y en nosotros. La próxima vez que te sientas insuficiente, recuerda: Dios ya te ha dado todo lo que necesitas porque Él está contigo, ahora y siempre.