four men sitting on ground
Devocionales,

¿Desanimado? Llama a tus amigos.

“…ellos han resultado ser un estímulo para mí», Col 4:11.

Pablo estaba preso por la predicación del evangelio. En una situación así, podría ser fácil desanimarse. Los pastores regularmente batallamos con el desánimo en el ministerio. Hay circunstancias propias del servicio al Señor y a la iglesia local que pueden provocar estrés, ansiedad y desánimo en la vida de un pastor.

Estas circunstancias no son una equivocación de Dios. Pablo estaba preso por predicar a Cristo, es decir, estaba pasando una circunstancia difícil por ser fiel al llamado de ministrar. Es así que nos vemos como pastores, atravesando dificultades por hacer simplemente lo que se nos ha pedido. Estas pruebas, lejos de ser un sinónimo de fracaso, representan fidelidad.

¿Qué animaba a Pablo en medio de sus pruebas? Sin duda, el evangelio y el conocimiento de la bondad de Dios. Pero no solo el conocimiento teológico de Pablo era lo que Dios usaba para animarlo. Y ahí encontramos una sencilla y bella verdad: Pablo necesitaba amigos y hermanos que lo animaran. Aristarco, Marcos, Jesús, Epafras, entre otros; ellos estaban cerca de Pablo en su aflicción, animándolo y siendo un estímulo para él.

No debemos sobre espiritualizar las aflicciones y sus soluciones. Algo muy espiritual para cobrar ánimo es estar con amigos y hermanos que sean un estímulo para nuestra vida. Dios usa su Palabra en nosotros, pero también usa a otros hermanos para traernos un renuevo. No veamos la circunstancia difícil como una donde necesariamente debe haber soledad y aislamiento, sino como una oportunidad de buscar la gracia de Dios por medio de amigos fieles en el ministerio.

Dios no solo desea usar a los pastores para el bien de la iglesia, sino también a otros de sus hijos para animar a esos pastores en momentos de necesidad. Disfrutemos de la bondad de Dios en los rostros de los amigos en Cristo. Que sean un estímulo para nosotros.